LENIN FRANCISCO DOMINGO CERDA - FRANKIE DANTE - EL IRREVERENTE DE LA SALSA - 15 DE SEPTIEMBRE DE 1945.

FRANKIE DANTE – EL SEDICIOSO DE LA SALSA
POR: WILDER YLLAHUAMAN

“Allí, allí, allí, a la sombra de un flamboyán entre mil ramos de flores rojas llenas de aroma primaveral…” Sí, allí, apoyado en su ciclópeo flamboyán, mas no a su sombra como versa el tema de Leavitt, sino de cara al sol, brillando con su luz peculiarísima, con sus gestos burlones y rebeldes. Frankie Dante, el cantante de los mil rostros, de la mirada perdida, de la pose delincuencial; el hombre de las portadas camaleónicas, la sonrisa mafiosa y los lentes oscuros a lo gangster ‘coppoliano’; el sonero de la mueca cínica, la respiración inconforme y la carcajada marxiana hasta las orejas y aquí no me refiero al viejo rojo y comunitario de El Capital, sino al bigotón del puro de chimenea de barco, el chistoso americano: Mr. Groucho Marx.

Different Directions(1968)

Los Coquetones(1969)

Lenin Francisco Domingo Cerda, nació en un histórico día: 15 de septiembre de 1945 en Quisqueya. Lo bautizaron con el nombre del líder de la revolución rusa. No fue político pero si revoltoso y contestatario. Optó por la vía de la protesta musical e inició la "gran marcha" de Santo Domingo a Nueva York con su sombrero de vaquero y sus tacones de acero a luchar por la justicia social y afincó en 'La Gran Manzana' con el alias que lo haría mundialmente famoso: Frankie Dante, sí, así como lo lee, Dante, como el iluminado escritor de La Divina Comedia.
Frankie Dante, extravagante de la salsa, incomprendido y querido, vilipendiado y adorado. Su timbre borrachón (versión ebria de Ismael Quintana), sus arrebatos juveniles y la humilde disquera en que grabó lo condenaron a las catacumbas del comercio musical, elevándolo, sin embargo, a la categoría de ‘underground’ y esto se traduce: músico de una élite ¿De quién? De los elegidos de entre el sótano: La plebe de la ‘cloaca’. Con su combo de insurrectos desterrados al subterráneo inauguró su rumbón con diferentes direcciones, sentando así desde un principio, lo diferente y refractario de su credo. Era 1968 y Dante puso el pecho, como el jíbaro indomable que era, ante la crítica del ‘stablishment’ salsero de la época para ¡Ay felicidad! de la masa subversiva que lo acompañaba.

Se Viste de Gala(1970)

Con Larry Harlow(1975)
La gran manzana es enorme y a la vez pequeña. En 1972 Dante se atrevió a trepar las escaleras, destapar la alcantarilla y conocer la otra cara de la selva de concreto. Cubierto con su tonel y su inseparable linterna ¡Eureka!, encontró al Hombre... Se cruzó con un judío pelucón que le hacía ascos a los racismos y que acariciaba las negras y las blancas sin dificultad alguna. Lo que emanaba de su piano era magia; el nombre de este formidable productor y ejecutante: Larry Harlow. ¡Vaya suceso!. Inteligentísimo Dante, lo hizo su cómplice y se fotografiaron para la posteridad en una placa que, cuenta la anécdota, Larry quiso obtenerla después de un coleccionista y fanático suyo y, lo que recibió por respuesta fue una rotunda negativa. Para estas nuevas lides, Frankie, aún sin renunciar a sus extravagancias, se luce con una gorrita a lo Baretta, el rostro pelado y la sonrisa conservadora, algo fingida tal vez, digna de político en campaña. Aunque la apariencia fue distinta, el discurso se mantuvo similar y la protesta se trocó en pretensión. Total, la ocasión lo ameritaba y era un digno recurso, fruto de su habilidad que de seguro remedó de algún político avezado. Sabido es que Dante nunca leyó a Maquiavelo, pero anhelaba la magistratura mayor en el orbe musical.

“En la mitad del camino de la vida me encontré en una selva oscura, por haberme apartado del camino recto…” Así da inicio Alighieri a su famosa epopeya, catalogada después como Divina por otro genio de la ficción: El amo del erotismo, Giovanni Boccaccio. El insurgente de Santo Domingo también se topó en la madurez de su vida con la pantera, el león y la loba (la codicia, la soberbia, la lujuria y vaya usted a saber que vicios más), y temerario se internó en las entrañas del purgatorio, sin más Beatrices que la inspiración y el amor hacia su pueblo y la indocilidad que le corría por las venas. Negándose a permanecer en las recónditas esquinas del olvido infernal, caminó pisando fuerte y en un alto del camino halló a Virgilio ¿Cómo?...Markolino Dimond, diamante negro de las teclas, prestidigitador barroco cuyo currículum consignaba un pasado de conservatorio, el mismo académico palmieriano que antes se había codeado con otro “delincuente” del Bronx: El señor Willie Colón y su adú, un tal Héctor Lavoe. Dante, amante de los pianos generosos y de las notas extrovertidas lo invitó inmediatamente a un opíparo Convite, le prometió principiar una Vita Nuova e inmediatamente lo hizo su compinche. Así, y aún sin renunciar del todo a su ‘dolce vita’, iniciaron juntos el ascenso al paraíso, enfundados en trajes estilo Luis XVI, con sendas y versallescas pelucas virreynales se trajeron abajo “el muro de Berlín”, aquel que separaba lo logogénico y patogénico de la música. De esta manera procrearon una maravilla titulada Beethoven’s V, emblema de la música universal, donde convergen luminarias como: Pete El Conde’ Rodríguez, Ismael Miranda, y Yayo ‘El Indio’ en los coros; las exquisiteces de los vientos son brindadas por Lewis Khan, Reinaldo Jorge, Barry Rogers, Randy Brecker y Lou Soloff, nada menos; el sensacional Nicky Marrero en los timbales y, no podía ser de otra manera, Marty Sheller colabora en el arreglo de “Yo no tengo amigo”. En esta reunión de ‘extraterrestres’ no podía faltar el mulato dorado de la composición, Catalino Curet Alonso en el tema “Por qué adoré”; canción que interpreta el otrora mentor de Bobby Cruz, el sabrosón, Chivirico Dávila. Markolino pone el pan y el vino y Dante le da el toque divino; juntos hacen el uno-dos (one-two), pared que le llaman en el fútbol, colocándose en la vanguardia del género y ganándose de esta manera un lugar en la historia de la música universal.

El disco Beethoven’s V:Markolino pone el pan y el vino y Dante le da el toque divino.

En 1977 la NASA lanzó al espacio la sonda Voyager I, conteniendo lo mejor de la creación humana. La finalidad: Si existieran otras formas de vida en el espacio, deberían conocer nuestra cultura. En dicha sonda se incluyó la novena sinfonía de Ludwig, el divino sordo de Bonn, como testimonio de la perfección del arte musical terrícola. Pues bien y sin pecar de exagerado, aquí también se pudo y se debió incluir una copia de la extravagante creación de Markolino y Frankie para que los marcianos y demás sepan y rumbeen con las extasiantes y contagiosas notas de lo ‘afrolatinocaribeñoamericano’.

Aunque Dante voló hasta los cielos de la fama y se posó en el firmamento musical como un sol humano, sus rayos, valgan verdades, no iluminaron todos los solares de la tierra ¿La causa? La de siempre: Los traficantes de la música, pulpos de mirada verde cuyos tentáculos solo difundían lo comercial, ocultando la verdadera calidad, segregando su líquido negro y discriminante. De seguro arrinconaron los discos de El Insurrecto Dominicano en el baúl de los recuerdos, condenándolo impunemente al más vil de los olvidos, negando así a generaciones enteras el derecho natural que les correspondía de conocerlo y disfrutarlo. Igual, el Dalí de la salsa continuó produciendo y dando pelea. Unas veces trajeado de gala con la barbita rala, la mirada de orate que es sinónimo de genial y, la chistera de mago de la que cuando le daba la gana extraía conejos de armonía y palomas de sabor. Otras veces aparecía con su gorrita de pintor dispuesto a regalarnos las brillantes pinceladas de su glotis facciosa y desenfadada para exponernos un colorido cuadro neorrealista cargado de mensajes y reclamos. Más tarde vendría la cara pulcra, la sonrisa impecable y el peinado hippie; sin abandonar a la sin hueso exponencial y sandunguera, se embarcó en un crucero experimental e incursionó en el Be-Bop, titilando al lado de la constelación Fania y sus camaradas de Flamboyán, cuyo romance, antaño tan arraigado, ya iba llegando a su capitulo final.

Los Salseros de Acero(1976)

Flamboyán All Stars Band(1977)
En 1979 fiel a su estilo indomable y controvertido va a la busca de nuevos secuaces, iguales o más indómitos que él, nacen así Los Rebeldes, capitaneados por él y teniendo por lugartenientes a los bravísimos José Mangual, Ray Maldonado y Milton Cardona. Para esta ocasión Dante se adornó con un saco, corbata michi y con irónica pinta, a lo Jerry Lewis, continuó con su ácida crítica política en “Los Congresistas” y su mensaje de armonía y de fe en “Paz Espiritual”. No en vano este indisciplinado sonero es considerado el precursor de la salsa consciente y pacifista, el pionero de la doctrina política y contestataria que años más tarde alcanzaría su culmen con otro demócrata e igualitario del género: Su majestad, Rubén Blades.

El rufián de la barrriada, el cabecilla de la banda, permaneció con los discos en el baúl de los patriarcas de las emisoras que no sólo no lo querían, sino que no lo entendían. Tener orejas no significa tener oídos; es por ello que sus tremendos temas se perdían en el anonimato, regodeándose únicamente entre la élite marginal que lo reverenciaba y que le otorgaba desinteresadamente su “voto” en algún rumbón “caleta” de los suburbios del mundo.
Dante, no el florentino de La Comedia, sino el humanista de la divina melodía, el ‘outsider’ siempre presto a fustigar a los políticos y a preconizar la paz entre los hombres. Ese loco cuerdo que nunca traicionó a su pueblo, el subversivo, el revoltoso, el palomilla, el líder, el intérprete reacio de la tremenda deuda (¡Tamaña injusticia!) con las radios y sus programadores arribistas, el genio de la mirada extraviada, el candidato del lumpen, el socialista de siempre, el justiciero de todos, se nos fue un primero de marzo de 1993, cansado tal vez de la falta de oportunidades, de la indiferencia de los medios, de sus vanos amotinamientos; se dejó morir en los arrabales newyorkinos donde había intentado el despegue, ahí donde captó sus mayores correligionarios y desde donde ya no alcanzaría a ver su triunfo final en las urnas de la galaxia. Porque este bravío sonero le debe estar poniendo la voz al piano de Beethoven en el Voyager I, eso ni dudarlo (en el realismo mágico todo es posible). Aquí sus prosélitos claman con la garganta roja de la esperanza: “Se siente ,se siente, Dante Presidente”... Mientras desde una tarima improvisada en una nube, veo al hombre ponerse serio por primera vez y lanzar el siguiente discurso: “Ay qué felicidad pues se acabó la guerra, llegó la paz y festejan los rumberos mientras yo me voy pa’ Pinar del Río con alguna coquetona, pues lo que quiero es gozar; por eso tú también vive la vida hoy, chico, por que para mañana es tarde. Les habló el Presidente Dante, un anarquista del demonio que los ama y los insta a permanecer siempre unidos y solidarios por que sólo juntos, únicamente juntos : ¡Venceremos!”.

Best Foot Forward(1978)

Los Rebeldes(1979)

Discografia de Frankie Dante:

- Different Directions - Cotique, 1968
- Los Coquetones - Cotique, 1969
- Se Viste de Gala - Cotique, 1970
- Frankie Dante y Orquesta Flamboyan con Larry Harlow - Cotique, 1972
- Beethoven’s V - Markolino Dimond - Cotique, 1975.
- Los Salseros de Acero - Cotique, 1976
- The Flamboyan All Stars Band - Cotique, 1977
- Best Foot Forward - Cotique, 1978 (recopilación)
- Los Rebeldes - Cotique, 1979